¿Olor a huevo podrido? ¿Lo has sentido alguna vez? Si es así, entonces tienes alguna noción de lo que es estar próximo al sulfuro de hidrógeno (H2S), o también conocido como gas de alcantarilla. Este ácido sulfhídrico se caracteriza por tener un aroma poco agradable, gas incoloro y un sabor algo dulce.
¿Cómo se produce el sulfuro de hidrógeno?
Para que el sulfuro de hidrógeno exista tienen que haber condiciones anaeróbicas, es decir, que no haya oxígeno; en este sentido las bacterias sulforeductoras adquieren el oxígeno de sulfato (SO4) y lo transforman en sulfuro (S2-), lo que dará lugar al H2S, sulfuro de hidrógeno. En otras palabras, por ejemplo, si en el interior de una tubería no hay oxígeno, los microorganismos se alimentarán y producirán H2S, el cual vendrá acompañado de ese característico olor a huevo podrido.
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¿Dónde encontramos sulfuro de hidrógeno?
El sulfuro de hidrógeno puede provenir tanto de la actividad humana como de procesos naturales disponibles en el medio ambiente y en el ser humano. Acá puedes distinguir algunas de las fuentes naturales y otras que son producidas por el hombre:
Fuente Natural | Fuente provocada por la actividad humana |
Gases de volcanes. | Plantas para tratamientos de desagües. |
Manantiales de aguas termales. | Operaciones de manejo de cerdos y abonos. |
Pantanos. | Operaciones relacionadas a la pulpa de madera y papel. |
Emanaciones de aguas estancadas. | En el sector industrial con las refinerías de petróleo. |
El petróleo crudo y el gas natural. | Plantas de gas natural y plantas petroquímicas. |
En la boca y el tracto gastrointestinal también hay bacterias encargadas de producir ácido sulfhídrico al momento de degradar materiales que contienen proteínas de origen animal o vegetal. | Plantas en donde se procesan alimentos y curtidurías. |
Peligros del sulfuro de hidrógeno
El gas de sulfuro de hidrógeno puede ser extremadamente tóxico para la salud de las personas al reaccionar a las enzimas que se encuentran en el flujo sanguíneo, inhibiendo la respiración celular. En bajas concentraciones puede producir irritación en los ojos, la nariz o la garganta al quemar el tracto respiratorio, pero el estar expuestos a altas concentraciones puede colapsar los pulmones provocando incluso la muerte.
Ya que el sulfuro de hidrógeno puede ser un subproducto de los procesos industriales, los trabajadores que desarrollan sus actividades en fábricas dedicadas a la minería, al refinado de petróleo, las fábricas de papel o fundición de hierro, están aún más propensos a sufrir sus consecuencias.
Además, muchas veces el sulfuro de hidrógeno puede anestesiar el nervio olfativo, de esta manera no se puede sentir, lo que es aún más peligroso para quienes están expuestos a él. Algunas de sus otras características son:
Más pesado que el aire
El sulfuro de hidrógeno es más pesado que el aire, por lo que puede hundirse en el suelo y acomularse en pozos, túneles o conductos a nivel del suelo.
Inflamable
El sulfuro de hidrógeno puede ser altamente inflamable y explosivo al presentarse en altas concentraciones. Además puede arder y producir otro tipo de gases tóxicos como el dióxido de azufre. El contacto con productos oxidantes puede causar incendios y explosiones.
Inhibe el sentido del olfato
En primera instancia el olor del H2S resulta muy notorio y perceptible (similar a los huevos podridos), pero rápidamente puede apaciguar el sentido del olfato, haciéndonos creer que se ha dispersado.
Peligroso para la salud
Estar expuestos a 2-5 partes por millón (ppm) de H2s puede causar dolor de cabeza, náuseas e irritación de los ojos. A 20 ppm los síntomas son fatiga, dolor de cabeza, mareos y daño de la memoria. Mientras más alta sea la concentración, más graves serán las consecuencias, entre ellas: colapso, pérdida del conocimiento o la muerte.
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